miércoles, 6 de julio de 2011

El “amigo” de Mamá




Todo venía bien hasta la frase de Fiorella, la menor. Cuando conoció al Enzo, me miró divertida y dijo con su vocecita robada de un cuento de princesas:
-Que lindo gatito tenés, papá… A mí me gustan más los gatitos. No como el perro ese enorme que tiene Marcelo…
-Claro, Fiore…
-Sí, es uno de esos perros enormes grandotes todo musculoso. Pero es re bueno, cuando Marcelo lo trae, jugamos con Rocky…
-Perdón, Fiore… ¿quién es Marcelo?- pregunté inocente.
-Marcelo, papá, el amigo de mamá que viene a veces a casa y se queda de noche…
O sea: Marcelo es “el amigo de mamá que viene a veces a casa y se queda de noche…” O sea, queda claro. Marcelo es el “hijo de un catamarán lleno de prostitutas” que se queda toda la noche con mi mujer en la casa donde yo viví y que se acuesta en lo que fue mi cama y que despierta a mis hijos y que se baña en mi baño y que desayuna en mi mesa de la cocina y que se sienta a ver fútbol en mi sillón, en mi LCD comprado para el Mundial de Sudáfrica y que además tiene un perrazo todo musculoso y yo un “gatito” y seguro que el muy recalcado hijode es bostero y está disfrutando que nosotros estemos jugando la promoción…
-¡Pa, te estoy hablando!
-Qué querés, Fiorella!!!
-Nada, papá, no me retés! No me escuchás cuando te hablo papá...-dice Fiorella que tiene 8 años pero que seguro escuchó eso de su madre porque a mí no me vienen con cuentos porque eso se lo metió la madre en la cabeza sino no se puede entender que diga lo que dicen todas las mujeres después de un mes de relación porque o este nena es un monstruo o se lo escuchó decir a la flaca, que claro, seguro que la flaca, la muy jodida, se quejó de mí delante de “Marcelito” en uno de los tantos desayunos…
-Papá!!!! Contestame!!
-Qué querés, nena, qué querés?
-No me grités, papá –dice ella comenzando a llorar y claro llora, como hacen todas cuando se quedan sin argumentos se ponen a llorar para victimizarse para que no podamos seguir discutiendo racionalmente ni se pueda dialogar y de paso te ponen en el lugar del demonio para que vos te sientas un jodido y aflojes en tu dureza porque así nos manipulan las mujeres y claro, la nena es una buena aprendiz, por dios, pero esto no va a quedar así, ya me va escuchar Marcelito, la flaca, mi cuñado, toda la familia de ella que en el fondo siempre me despreció porque yo no era lo suficiente para la nena, claro, porque ella era una princesa… una princesa de Villa Luro, hija de un tanito bruto que hizo guita fabricando tornillos y me la viene a contar a mí…
-Papá, yo te quiero mucho a vos, pero me hacés enojar…-dice Fiorella haciéndose un riso con dos dedos y sonriendo dulcemente después de lloriquear falsamente un par de minutos.
Fiorella me abraza y me dice al oído que “el Enzo” es el gatito más lindo que vio en su vida y que, claro, es lindo como yo que soy su papá preferido.
-¿Cómo papá preferido, Fiorella?
Ella se ríe y dice:
-Es un chiste, papito- y me llena la cara de besos.
Suena el timbre. Es la flaca que viene a buscar a Fiorella. Ahora me va a oír, me va a escuchar, porque de ahora en más no voy a ser más el boludo alegre de la familia, a mí me van a tener que respetar.
Abro la puerta. Ella está hermosa. Rubia como siempre, con sus ojos claros. Me mira y sonríe.
-¡Ay! Pero qué lindo que es el Enzo- dice poniéndose en cuclillas y mimando a la bestia del demonio que se entrega regalón a las caricias de la flaca.
-Bueno, no será como el perrazo de Marcelito, pero…
-Ay sí, no me hablés –dice distraía ella- Me vuelve loca, me trae el perro y se queda a dormir en casa desde que se separó de Octavio. Llora todas las noches, es insoportable. Pero, esperá, ¿vos cómo sabés?
-Me contó Fiorella…- digo todo colorado.
La flaca sonríe. Toma a Fiorella de la mano. Se da cuenta de todo. Se le nota el gesto de orgullosa. Me da un beso peligrosamente cerca de la boca y me dice: “Cada día más tontito, vos, eh”. Cierro la puerta, el Enzo maúlla. Y yo siento que me fui a la B en materia de ex maridos celosos. Del otro lado se escucha la vocecita de Fiorella que pregunta: “¿Mamá le diste un beso en la boca a Papá?”

Publicado en Revista Bacanal, mes de julio de 2011.

1 comentario:

  1. Jajaja! Me hiciste reir mucho, muy divertido, aunque si es cierto no debe ser muy agradable.
    Me encantó saber que algo piensan los hombres (o al menos uno, vos, es algo) cuando una mujer les habla ;)

    ¡Muy lindo post!
    Necesariamente descontracturante en un particular dia de intensa tensión.
    Gracias. Lo voy a seguir.

    ResponderEliminar